Gira en torno a la vida de un chico huérfano de nombre Lewis Barnavelt (Owen Baccaro) que se topa con un mundo hecho de pasadizos que se hallaba escondido en la vieja casa de su tía.

La carrera del realizador – y en ocasiones actor – Eli Roth está siendo, por lo pronto, curiosa estos últimos años. Autor de cine de Serie B en sus orígenes con cintas de corte de terror cómo Cabin Fever o las dos primeras entregas de Hostel (alabadas por el mismísimo Tarantino hasta el punto de darle un pequeño papel en Malditos bastardos), últimamente le hemos visto tocar otros géneros tras el semi fiasco de El infierno verde, una película gore que prometía ser el nuevo Holocausto canibal y quedó en mucho ruido y pocas nueces (sí, hay secuencias fuertes pero no tanto cómo se las prometían). A partir de ahí nos llegó Toc toc  – su mejor cinta hasta la fecha, con el muy de moda de nuevo Keanu Reeves y una provocativa Ana de Armas – y la de reciente estreno en nuestras salas El Justiciero, el remake del clásico de Charles Bronson que ha devuelto a Bruce Willis a las grandes salas de cine.

Por eso verle en un proyecto fantástico producido por el mismísimo Steven Spielberg y que protagonizan Cate Blanchett, Jack Black – que repite en el género tras Pesadillas o Jumanji: bienvenidos a la jungla – y Kyle McLachlan, nos da que pensar sobre la posibilidad de encontrarnos con una de las tapadas de este año. De momento un primer gran avance para su estreno el próximo 11 de Octubre (estas pelis se disfrutan más en Otoño).

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